El cliente: eje principal en la estrategia de marca

El cliente debe ser el centro de la estrategia de marca, ya que si la percibe de forma clara, comprensible y positiva, aumentará el reconocimiento y la fidelidad con la empresa.

Posicionar al cliente en el centro de la estrategia de marca es una de las claves de la Metodología Inbound, basada en un conjunto de procedimientos y técnicas de marketing y comunicación poco intrusivas, cuyo objetivo es “acompañar” y “guiar” al cliente durante todo el proceso de compra o customer journey. En este sentido, el consumidor recibe en cada momento un contenido personalizado y adaptado a sus necesidades, gustos y preferencias. De esta forma, el cliente estará satisfecho con su compra y recomendará la marca o el producto/servicio a otros consumidores.

En la actualidad, los consumidores toman muchas decisiones de compra en base a recomendaciones de sus familiares o amigos o incluso guiándose por reseñas y comentarios en redes sociales. Por eso, las estrategias de marca basadas en Inbound Marketing destinan la mayoría de sus esfuerzos a formar equipos profesionales que ofrezcan una experiencia positiva al cliente a lo largo de todo el customer journey.

En base a esta premisa, hemos diseñado y desarrollado una infografía en la que se reflejan los siguientes contenidos:

  • Las tres fases de la Metodología Inbound: atraer, interactuar y deleitar.
  • Las herramientas de marketing que se pueden utilizar en cada una de ellas.
  • Las etapas del customer journey.
  • Los equipos profesionales pertinentes.
  • El papel del buyer persona.
  • El tipo de usuarios presentes en cada etapa del proceso de compra.

El 81% de los compradores confía en las recomendaciones de sus familiares y amigos más que en el asesoramiento comercial; y el 55% informa que confían menos que antes en las empresas a las que solían comprar, según Hubspot.

¿Por qué el cliente debe estar en el centro de la estrategia de marca?

En esta infografía del “ciclo basado en el cliente” los consumidores deben ser el centro de todas las decisiones y estrategias de marca, porque ellos mismos pueden ser su motor de crecimiento si la perciben como positiva. Es decir, si el cliente se convierte en un defensor de la marca, producto o servicio influirá en las decisiones de compra de otros consumidores, que cada vez se guían más por las reseñas y opiniones que por la publicidad convencional.

En este modelo, el crecimiento de la marca y, en consecuencia, del negocio, también dependerá de los recursos que se destinen a los procesos y flujos de trabajo que se ilustran en el esquema. Es decir, la estrategia de marca debe contemplar en todo momento cuáles son las herramientas y técnicas que utilizará cada departamento para captar, interactuar y fidelizar al cliente y, por lo tanto, ponerlo en el foco de la toma de decisiones.


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